Los lideratos políticos en el área araucano-pampeana en el siglo XIX: ¿poder o autoridad? 

 

MARTHA BECHIS

RESUMEN

Este trabajo está dirigido a preguntarse, con el mayor rigor posible, sobre la naturaleza de los cacicatos o jefaturas de la zona pampeana-norpatagónica durante el siglo XIX. Si bien contiene revisiones de conceptos básicos como poder, estructura segmental, economía no redistributiva y otros, el trabajo es básicamente de carácter metodológico. Establecemos los que a nuestro parecer son como parámetros básicos que deber preceder a toda investigación sobre el área.Insistimos en tres parámetros : a) Tener en cuenta la unidad de análisis primaria, b) el efecto estructural del contacto prolongado entre sociedades acéfalas y sociedades estatales y c) el carácter segmental de la estructura política aborigen. Luego pasamos a revisar algunos ejemplos de mal uso de los modelos o tipos ideales. Munidos de estos instrumentos pasamos a analizar distintos aspectos del desenpeño de cacique o jefe o lider : los mecanismos sucesorios, su ingerencia en la economía pública, su participación en el sistema consuetudinario de justicia, la relación entre el cacique principal y los cacique secundarios y los mocetones y, por último, la importancia de considerar el desempeño del cacique principal como nodo informático.

ABSTRACT
This essay aims at revealing the nature of the chieftainship among the aboriginal societies of the Pampas and Norpatagonia during the XIX century. Even though the work includes the need of more accurancy on the dealings of some core concepts as power, segmentary systems , economic redistribution and the like , it is mainly of a methodological character. After stressing the importance of a) the proper setting of the main unit of analysis ,b) of watching for the structural effects of a long contact between stateless and state societies and c) of clearly keeping in mind the segmental character of the political organization, we go on to reviewing some methodological misuses of models or ideal types. The next section is a sort of investing of all the above in the annalysis of chieftainship itself by dealing with some main variables as rules of succesion, the economic role of the chief, his part played in the judicial system, the patterned relations between the main chief and his followers, and -of utmost importance- his role as node of information 


INTRODUCCION

Son varios los autores que han intentado directa o indirectamente presentar semblanzas de los caciques pampeanos del siglo XIX, sumar datos para mostrar su entorno genealógico y sus acciones guerreras o deducir las características de sus liderazgos a partir de rasgos superestructurales de la sociedad india. Pero, no hay estudios con rigor etnográfico para organizar la pobre masa de datos que tenemos y para guiarnos en una evaluación rigurosa de las características de los cacicatos. Abundan las opiniones estereotipadas y tal vez es la índole misma de esas presentaciones lo que nos impide hacernos preguntas de fondo y elaborar una duda sistemática que abra caminos para buscar más y mejor.

Además tenemos que enfrentar un uso ideológico de la historia que muchas veces nos tienta demasiado. Este uso ideológico de la historia se manifiesta en diversas formas: tanto se denigra o sobreestima la sociedad indígena como se magnifican o subestiman las cualidades de los líderes y las políticas de los criollos. Esto, a su vez, puede provocar en la antropología la reacción también ideológica de sobrevalorar o desvalorizar las características de la sociedad indígena en el marco comparativo con otras sociedades nativas o vis-à-vis la sociedad criolla. Tanto aquella estereotipia como esta carga ideológica tienen un efecto paralizante que dificulta la investigación.

Esta ponencia intenta, por lo menos, movilizar el campo de la investigación con preguntas y respuestas nuevas. Por lo más, intenta engarzar parámetros fundamentales en los cuales se deben apoyar las investigaciones.

En el título de la ponencia exponemos un interrogante que opera como centro de articulación de este trabajo. Es necesario, entonces, poner en claro la intención y los términos de la pregunta.

La intención de la pregunta es provocar una reflexión sobre la diferencia significativa entre los tipos de liderazgos que se fundan en la persuasión del poder y aquellos que se basan en el poder de la persuasión3. Aquí se conjuga el concepto de poder en dos contextos distintos. El primero señala que el poder es una cualidad inherente a un status o posición, y el segundo un efecto de la comunidad. Poder y persuasión son fuerzas que tienen efectos. Esas fuerzas emanan de distintas fuentes.

En su libro "The Evolution of Political Society", Fried (1.967b: 13) hace la diferencia entre autoridad y poder. "Autoridad se refiere a la habilidad de canalizar la conducta de otros en ausencia de amenazas o uso de sanciones negativas, poder es la habilidad de canalizar la conducta de otros por la amenaza o uso de sanciones negativas". En los casos concretos no es fácil distinguir prolijamente uno de otro, pero es importante tener presente que si bien en toda sociedad hay sanciones negativas como el abandono, la suspensión del afecto o de la credibilidad, la venganza etc., éstas no pueden compararse estructuralmente con el uso o la amanaza de uso de la fuerza institucionalizada. 

Un buen diagnóstico diferencial empieza no por el líder sino por sus seguidores. Cuando a los seguidores sólo les basta el retiro de su apoyo para que el jefe deje de serlo, entonces podemos decir que el jefe sólo lo era por su autoridad o cualidades personales y no por ocupar un cargo de gobernante. Desocupar un cargo de gobernante exige al status del gobernado pasar por unos canales formales e informales que por su dinámica separarán la persona del cargo. Se preserva así ese cargo que será ocupado necesariamente por otro gobernante mientras el gobernado mantiene su status de gobernado por una instancia que está más allá del gobernante de turno. En este caso el poder está a disposición del gobernante .En el anterior, el gobernante está a disposición del poder.

En su artículo "Hombre pobre, hombre rico, gran hombre, jefe: tipos políticos en Melanesia y Polinesia" Sahlins dice: "y estos jefes polinesios (jefaturas institucionalizadas) no construían sus posiciones en la sociedad sino que estaban instalados en posiciones sociales...el poder residía en el cargo; no lo formaba la demostración de la superioridad personal" (énfasis nuestro).

Las cualidades del mando de un gran hombre -sigue Sahlins- residen en el hombre que tiene que demostrarlas para atraer seguidores mientras que en el poder esas cualidades son asignadas por el cargo y el rango. En este último caso, 

"las personas de alto rango y cargo eran ipso facto líderes de la misma forma que las cualidades del liderazgo faltaban automáticamente...entre la población subyacente...La capacidad productiva que tenía que demostrar laboriosamente el gran-hombre, era recibida sin esfuerzo por los jefes polinésicos como el control religioso sobre la fertilidad agrícola..., mientras el líder milanesio tenía que dominar la oratoria, los jefes supremos polinesios solían tener "jefes hablantes" que hablaban por ellos" (1.985: 278-79). 


Es evidente la distinción que hace Sahlins entre el poder de la posición o puesto (positional or office power) y la dominación personal. Nosotros llamamos poder al primero y autoridad al segundo aunque puede usarse otras denominaciones que puedan diferenciar los conceptos. Agregaríamos con afán de aclaración que es muy distinto ser generoso o sagrado porque se actúa un rol como parte de un cargo preestablecido y ser líder porque se es, o se es pensado ,como generoso o sagrado.

Espero demostrar que los lideratos pampeanos pertenecen a la segunda categoría; es decir que no se instalan en un cargo preexistente sino que ciertos individuos construían las jefaturas a partir de las oportunidades creadas por los seguidores.

Veamos la diferencia entre poder y autoridad desde otro ángulo: G.M. Smith4 hace explícita esta diferencia al separar analíticamente la acción política de la acción administrativa en el gobierno de toda sociedad humana. Smith sostiene que la acción política tiene lugar al nivel de la decisión y de los programas explícitamente formulados, mientras que la acción administrativa tiene lugar a nivel de la organización y de la ejecución. La primera es definida como poder y la segunda como autoridad. Esto también se acerca a lo que queremos demostrar: que los líderes pampeanos tenían mucha mayor actividad y responsabilidad ejecutiva y organizativa que deliberativa o decisional; mucha más autoridad que poder en términos de Smith. 

Desde ya quiero contestar un contra-argumento que pueda surgir. El contra-argumento expresaría que si en algún momento las jefaturas fueron hereditarias (o sea por adscripción), el puesto estaba allí para ser ocupado por el sucesor y tenía que haber un sucesor, para ocupar el puesto, por lo tanto el mismo carácter hereditario estaría señalando que hay un puesto para ocupar. Sahlins (1.989: 36) mismo se encargaría de destruir este contra-argumento ya que señala que muchos de los grandes-hombres u hombres-centros estilo melanesio, esos que construyen su posición o que llegan a hacerla con sus logros personales, eran hijos de otros hombres-centros sin que mediara una fórmula sucesoria. Lo mismo sucede entre líderes bosquimanos !Kung, una sociedad organizada en bandas cazadoras y recolectoras donde no existe una estructura política explícita y sin embargo, la mayoría de los líderes de las bandas son hijos de líderes anteriores ya que han aprendido del ejemplo cercano en qué consiste el desempeño de lider. De manera que aunque frecuentemente los líderes sean sucedidos por sus hijos estos pueden ser líderes por logro y no necesariamente por adscripción.

Aclarada la pregunta que hacemos en el título de la ponencia, pasamos a desarrollar en tema. Presentaremos una primera parte con lo que llamamos parámetros fundamentales para todo estudio etnográfico de las sociedades indígenas, de la frontera meridional de Chile y Argentina durante el siglo XIX. Luego hablaremos de algunos ajustes metodológicos y por último ,en la tercera parte, revisaremos las características del liderazgo en el área arauco-pampeana-norpatagónica.


PRIMERA PARTE: PARAMETROS FUNDAMENTALES

Creemos necesario o,más bien, imprescindible equipar a todos nuestros estudios del área con tres parámetros básicos : a) la unicidad del área en la unidad de análisis para el siglo XIX , b) el sesgante efecto de la situación secundaria a partir, por lo menos, del contacto con la conquista incaica y c) el carácter segmental de la organización socio-política de toda el área durante todo el tiempo histórico.

La unidad de análisis

Sostenemos que la unidad de análisis durante la mayor parte del siglo XIX es la sociedad que se extendía desde el Pacífico al Atlántico. Comprende la Araucanía propiamente dicha ,el sur de la Araucanía o huillichemapu, la cordillera, la pampa seca , la pampa húmeda y el norte patagónico limitados por las líneas de frontera y los énclaves de Valdivia , Carmen de Patagones y de Bahía Blanca (después de 1.828). Sería el área arauco-pampeana-norpatagónica como unidad cultural y social con variadísimas zonas ecológicas. Esta área estaba habitada desde mediados del siglo XVIII por aborígenes araucanos locales y algunos emigrados a las pampas y norpatagonia; huilliches locales y emigrados; cordilleranos mapuchizados tempranamente y ya muy mezclados con elementos del este y del oeste y distintas agrupaciones originarias de la pampa y norpatagonia con diverso grado de mapuchización. 

La población de esta área arauco-pampeana estaba dividida en grupos que llamamos sub-etnías culturo-sociales o agrupaciones, las que en la vertiente argentina tendían a ocupar zonas exclusivas de una sola característica ecológica como la zona semi-árida de los ranqueles, la zona de las Salinas, la de la pampa húmeda al sudoeste de Buenos Aires, la zona interfluvial del Negro y el Colorado, la zona lacustre del Neuquén5. El paisaje chileno, más quebrado por ríos y montañas albergaba una mayor diversidad de agrupaciones en áreas geográficas similares. Quizá la mayor densidad de la población indígena chilena junto con las dimensiones poblacionales óptimas de los liderazgos fueron variables importantes para explicar el mayor número de sub-etnías en similares sub-áreas geográficas. Estoy pensando en liderazgos coetáneos como los de Colipi, Coyhuepán , Painemal y Mariluán en la llanura central y los boroanos, los del budi y los del Toltén en la zona de Ultra Cautín.Esas regiones o zonas ecológicas , como fracciones territoriales, en Chile tuvieron -durante unos años del siglo XVIII -cierta importancia política al formalizarse los butamapus con sus respectivas representaciones ante el gobierno de la Capitanía General de Chile en un esfuerzo máximo de españoles e indígenas por hallar una forma de convivencia pacífica. 

¿Por qué decimos que el área arauco-pampeana es una unidad cultural y una unidad social? Creo que no necesitamos extendernos muchos en la primera característica. Aunque no tenemos muy claro en qué consistió la araucanización cultural de la pampa o la tehuelchización cultural de los grupos mapuche migrados a la pampa, una lista de rasgos culturales como el lenguaje, de los vestidos, los adornos y ceremonias religiosas, valores que definían objetos de consumo cotidiano, aunque con ciertas variables por la adaptación a medios geográficos muy diversos, delatan para el siglo una misma cultura básica en toda el área. Esto, sin dejar de reconocer variantes relacionadas con los diversos orígenes culturales.

La unidad social es un poco menos evidente pero más central para argumentar a favor de una unidad de análisis . El argumento básico para definirla como una sociedad es, desde nuestro punto de vista, la capacidad de reproducción independiente que cada una de las unidades políticas pudo haber tenido. ¿Qué implica la reproducción? Estoy hablando de la capacidad de un grupo de satisfacer sus requerimientos tanto en lo personal como en servicios y bienes básicos y, con ello, la capacidad de reproducir su cultura. Creemos que durante el siglo XIX ninguna agrupación o unidad política era capaz de reproducirse independientemente.

Tomemos un modo de producción: la captura y crianza de ganado en las pampas y su comercialización en Chile. La división del trabajo entre las parcialidades fue evidente. Además, tanto la producción y posesión de objetos de plata, tan central en la vida ceremonial y pública de cada indígena, como la producción de mantas, tan importante en la producción doméstica , en el intercambio intertribal y el comercio internacional (aunque ya disminuido si lo comparamos con la época colonial) ; la especialización guerrera de los grupos pampeanos; la organización comercial y burocrática criolla incrustada en los grupos araucanos chilenos; los derechos de peaje y tantos otros rasgos y procesos de cada unidad política sólo se entienden si se toma en cuenta el área en su totalidad.

La especialización religiosa parece haber sido otra de las condiciones que unían en interdependencia a las agrupaciones y unidades políticas. Si bien cada unidad contaba con adivinos locales, las situaciones más serias parecen haber requerido la mayor sabiduría de los adivinos chilenos-tal vez boroanos- reconocida también por los grupos del lado argentino. La justicia de Calfucurá sobre el asesino de uno de sus hijos requirió la experiencia de una adivina del lado chileno. La necesidad de conocer el futuro inmediato con respecto al comportamiento de las tropas argentina llevó a Sayhueque a consultar a adivinos chilenos. Aunque a partir de las críticas de Vicuña Mackena el viajero Treutler no tiene buena reputación como fuente histórica, creo que algo de razón tenía cuando hablaba de la existencia de un oráculo en Boroa para mediados del siglo XIX, oráculo con suficiente prestigio como para dar servicios a gentes que estaban a mil kilómetros de distancias. Sus servicios también se extendían en la propia Araucanía donde durante la
Guerra a Muerte, el Gran Machi de Arauco, Mangín, propicia una ceremonia oficiando junto a una "famosa machi boroana" (Bengoa, 1.987: 85, nota 27).

Por otro lado ,en las pampas, más específicamente, en las sierras de Curamalal -según le contaban a Lenz a fines de siglo- había una cueva donde se hacía cierto rito de iniciación por el cual los jóvenes araucanos se arreglaban para ser puros guerreros y así volverse invulnerables a las armas. "Las pampas atraían y fascinaban a las agrupaciones del lado chileno... se podría sostener que durante el siglo XVIII y XIX el viaje a la pampa se transformó en una especie da ritual de iniciación de los jóvenes guerreros" (Bengoa: 1.987:.102). Hux dice que oyó de un indio que el cacique Justo Coliqueo (1.837-1.871) "en su juventud se había consagrado en la cueva salamanquina de la Sierra de Tandil" (1.972: 185,nt.3). No sabemos si se trataba de un mismo lugar evocado erróneamente por una de las dos memorias o si realmente en la zona montañosa de la pampa se ubicaban varios lugares sagrados famosos en toda el área arauco-pampeana..

Pero sin duda, lo más relevante para demostrar la falta de capacidad autorreproductiva de las unidades políticas era la dependencia en hombres de los grupos en el área argentina de los grupos chilenos o cordilleranos aunque en algunas oportunidades fue a la inversa.

En algunas agrupaciones,la cantidad de guerreros o la óptima cantidad de guerreros necesaria para las empresas bélicas importantes (económicas o puramente políticas) de los del este dependía de grupos cordilleranos y aquende los Andes. Para 1.835, los ranqueles y la familia Yanquetruz seguían sufriendo las persecuciones de Rosas. Los dos grupos se quedaron casi sin hombres, entonces Pichuiñ, hijo de Yanquetruz quien había muerto en esos días, va a "Llaima, país natal de Calfucurá", a buscar hombres de lanza. "Pichun se había arrojado a buscar fuerzas con qué sostenernos, eran como mil cuatrocientos indios chilenos"" dice Baigorria (1.975: 86 y 88). Más conocidos son los desprendimientos de los boroanos sobre Salinas Grandes, el de los pehuenches con los Pincheiras y las ayudas de Reuque Curá desde la cordillera a su hermano Calfucurá en Salinas Grandes. Las ayudas también cruzaban la cordillera en sentido opuesto. Lo cierto es que Guevara Silva (1.916) no está muy lejos de la verdad cuando al referirse a la expansión mapuche del siglo XIX la describe como 

"de excursiones bélicas que llegaban hasta la provincia de Buenos Aires o estableciendo en localidades a propósito colonias poderosas, de rápido crecimiento", y sigue diciendo "crecían con tanta facilidad estos centros indígenas, por el natural incremento de sus pobladores y la emigración de este lado de los Andes, que la mencionada de "Salinas Grandes" llegó a tener hasta veinte mil personas...Puede pues decirse con toda propiedad que las tribus de las pampas argentinas constituyen en la primera mitad del siglo pasado una continuación de la Araucanía" (1.916: 13-14).

Además, Bengoa cita a Bernardino Pradel, quien publicó en un diario de la época cartas de Mangín a Calfucurá: 

"hablándoles más francamente, las pampas son las guaridas más avanzadas de los chilenos, para acometer anualmente las depredaciones que sufren las haciendas argentinas...cada cacique del os de Chile les tiene un hijo de centinela para saber el número de animales que han robado, y para venir de correo a avisar cuántas lanzas deben de mandar en sus malones contra las haciendas..."(1.987: 99).

Creo que la opinión de Guevara Silva es útil aunque excesivay más generalizable a partir de 1.820 y no creo que el control de los grupos de la vertiente chilena haya llegado al grado descripto por Pradel. Es, sí posible que al pedir la ayuda de los grupos de retaguardia, éstos hayan tenido que hacer una apreciación del monto del botín a conseguir en la incursión, ya que cuando se trataba de malones en los que no había obvias intenciones políticas, los jefes y los conas de retaguardia evaluaban las ventajas del viaje hasta las estancias del este. Es bien conocido lo que costó en compensaciones a Calfucurá deshacer la invitación que le había hecho a su hermano Reuque y a centenares de conas cordilleranos cuando por razones políticas suspendió un proyectado malón.

Sabemos también cuánto se extendieron hacia el este los odios y competencias entre los grupos mapuche-chilenos. Tomemos unos pocos ejemplos: creemos que Colipí ayudó a Calfucurá a llegar a las pampas (Bengoa 1.987 : 78 nota 18) para romper la hegemonía boroana en las Salinas Grandes y así, disminuir el poder boroano en Chile. Por otro lado, el cacique Coyhuepán de Choll Choll, otro rival de Colipí llegado a las pampas en 1.828, fue asesinado en 1836 tal vez por un guerrero de Calfucurá, tal vez por Mangín, rival de Colipí y de Coñuepán, quien pudo haber estado cerca de Bahía Blanca6. Con esto queremos mostrar cómo en las pampas del este se jugó muchas veces el predomino de las parcialidades chilenas en el propio Arauco. La pampa sirvió de refugio a muchos grupos de perdedores en los conflictos intratribales -el caso de Carripilún y el de Coliqueo- pero, sobre todo, fue el escenario de pujas geopolíticas por el control de la frontera del este y por un corredor estratégico que dirigiera a salvo el botín hasta la Araucanía y Valdivia (Bechis 1.985 a).

Creemos que las relaciones de parentesco organizadas según grupos de descendencia cognática o alguna otra estructura bilateral con una línea interna patrilateral conformaban la base de la fábrica social de casi toda el área pero nos faltan investigaciones específicas al respecto aunque contamos con el trabajo de Casamiquela (1.973) que rastrea las relaciones de descendencia del Linaje de los Yanquetrúz desde el siglo XVII hasta hace unas pocas décadas. Esta red de parentesco con mucha profundidad genealógica parece haber tenido importancia en el aspecto adscriptivo de muchos de los liderazgos más notorios aunque esa descendencia no se haya expresado sistemáticamente o haya estado sumergida ya sea por el imperio de las necesidades adaptativas o por una manipulación de la realidad por parte de los que hicieron y los que escribieron la historia.

Los matrimonios, las explícitas alianzas comerciales y los pactos militares tenían el doble efecto de consolidar la red social por un lado y asistir a la consolidación de la diversidad de los liderazgos por otro. Lo que está en la base es una red social de descendencia, un importante modo de producción llevado a cabo con división del trabajo y un enemigo común. Todo esto subyace a la diferenciación política. 

La existencia misma de cada agrupación o parcialidad dependía de las condiciones de la otra y el mismo fragor de la competencia interna afianzaba la unidad del área Es por eso que todo estudio etnográfico e etnohistórico tiene que partir de la unidad de análisis que llamamos más propiamente , el área arauco-pampeana-norpatagónica. El teatro de acción del aborigen soberano fue la totalidad del área.Los estados nacionales la fraccionaron .Para decirlo con las palabras de un mapuche "...Ellos[Calfucurá y los arribanos ] defendían toda la tierra. Después se dividió. Argentina quedo [allá ] y Chile quedó acá". (Bengoa 1.987: 90 ,énfasis nuestro)


El sesgante efecto de las relaciones secundarias 

Sostenemos la necesidad de tener constantemente presente el carácter de formación secundaria de los procesos políticos, económicos, sociales e ideológicos que se van sucediendo en la historia de estos pueblos indígenas. Estoy aludiendo a lo que Morton Fried (1.975: 9) llama "el sesgante efecto de las situaciones secundarias", es decir "un cambio en complejidad de las instituciones políticas en presencia de sociedades más desarrolladas políticamente". Sabemos que las sociedades araucanas y pampeanas estuvieron expuestas durante cuatro siglos a influencias directas e indirectas sucesivas de los incas, los españoles y los criollos, todas sociedades estatales mientras que las sociedades indígenas que nos ocupan fueron sociedades sin estado7.

Según Fried, el efecto más común del contacto entre sociedades estatales y sociedades no estatales es la "tribalización" de estas últimas. Una tribu en el sentido de Fried es, como lo sintetiza Sturtevant (1.972: 5), "un conjunto de villas o campamentos migratorios débilmente organizados con algún liderazgo centralizado que tiene poco o nada poder coercitivo". Otra característica que Fried señala para el "tribalismo" es que

"es a menudo dirigido a un fin, aunque las finalidades y explicaciones pueden ser varias, en varios niveles de conciencia y explicaciones...Tribus secundarias son heterogéneas también en otros sentidos; algunas muy mixtas que comprenden elementos de población que anteriormente estaban separadas por grandes distancias físicas y también culturales" (1.975: 103). 

Además Fried (1.975: 72) agrega: "una fuerte organización militar puede ser rápidamente asociada con el fenómeno de "tribalismo secundario"; es más, se puede esperar que así sea" y continua dando el ejemplo de la conducta guerrera de los pueblos de Asia Central desde el año 500 AC al siglo XVII DC, período que coincide con el surgimiento expansivo de los estados imperiales en China. Continúa Fried diciendo "otros casos menos dramáticos (de pueblos militarísticos) vienen a mi mente: los Zulú y los Araucanos" y agrega que mientras algunas tribus secundarias se transformaban en estados, "otras se quedaron nada más que en un prolongado período de interacción con el Estado y explotación por ei Estado". Creemos que en las sociedades mapuches y tehuelches se fue produciendo un proceso de "tribalización" tal como lo expone Fried 8.

Por otro lado, hablando de las distintas estrategias adaptativas de los pueblos americanos frente al invasor europeo, Elman Service (1.975: 66-68) señala la flexibilidad de las sociedades igualitarias, las cuales recurrirían a la fusión o la fisión de acuerdo con la naturaleza del problema político. Dice que las respuestas tendían a polarizarse entre aquellos dos procesos y agrega: "Los araucanos en Chile y del oeste de Argentina y los Puelches y Tehuelches de Argentina central son ejemplos bien conocidos de durables federaciones en gran escala que formaron fuertes, y por lo tanto acometedoras (y más tarde clasificadas en etnología como "belicosas") tribus depredadoras".

La militarización progresiva del sector pampeano durante el siglo XIX fue advertida por Rosas en su Memoria de 1.821 escrita después de la primera expedición punitiva de Rodríguez contra los indios pampas de Tandil y la zona interserrana.. Pedro García confirmó en su viaje a Sierra de la Ventana en 1.822 una organización guerrera que lo asombró. "Esta primera perspectiva nos hizo conocer el carácter guerrero militar a que tiende directamente el genio de estos bárbaros y que el mismo los conduce a un adelantamiento que tal vez nos será funesto" (García, 1.969: 567). Creemos que con la llegada del pehuenche-hilliche Yanquetruz a los ranqueles, de los boroganos primero y de Calfucurá después a Salinas Grandes, no solo se completa "la araucanización de las pampas" sino también la militarización del siglo XIX.

Vemos entonces que esa historia de reacción y adaptación a la situación de contacto no se manifiesta sólo en el intercambio de bienes de consumo por medio del comercio o por las acciones de depredación y guerra. Lo importante es el cambio en la estructura interna. Es la propia organización social la que se transforma; y estas transformaciones y formaciones ante al presencia de las sociedades exteriores a la unidad de análisis que estudiamos, son las que tendremos que tomar en cuenta. Lo que nos ocupa no son las relaciones con el exterior, sino los efectos que esas relaciones con el exterior produjeron en la estructura social del área arauco-pampeana . 

Por supuesto, esto no implica el desconocimiento de las condiciones, alternativas, creatividad e imaginación nativas que se pusieron en juego y que hacen a esos pueblos mapuche y mapuchizados algo distinto a cualquier otro pueblo. Estamos delineando leyes generales de sus cambios. Las formas particulares deben también ser tomadas en cuenta pero no debemos olvidar, por ejemplo, que la presión externa y la situación interna fueron conformando la organización formal de los butamapus chilenos como producto del contacto. Tampoco debemos olvidar que la llegada de Calfucurá a Salinas Grandes fue producto de una manipulación de Rosas, así como que el desprendimiento de los boroanos fue una consecuencia de la Guerra a Muerte9.

Es por todo esto que debemos revisar también el concepto de relaciones de frontera, ya sea en su acepción de líneas o zonas circunvecinas a los núcleos criollos e indígenas, como se usa en general en la Argentina, o en el sentido de la frontera como área total indígena como tiende a usarse en Chile. En general, frontera significa contacto, intercambio, aculturación recíproca. En cambio, de lo que nosotros estamos hablando es de cambio estructural por influencia del otro, adaptación con los rasgos o elementos de uno a la influencia o presencia de los rasgos o elementos del otro. Y en realidad, de esto se trata la etnohistoria: de las modificaciones y cambios de uno por la presencia del otro10.

Suponemos también que la fuerte demanda de ganado vacuno en el mercado chileno originó una reorganización de las alianzas y una fuerte competencia entre cacicatos y entre agrupaciones, así como estamos seguros que fue un factor decisivo en la migración hacía el este de algunas secciones de parcialidades que no abandonaron su relación con el grupo original chileno en una especie de táctica geopolítica para ocupar un territorio continuo desde la frontera de la pampa húmeda hasta territorio chileno (Bechis, 1.985).

El mantenimiento, si no el surgimiento, y el grado de influencia de algunos cacicatos es otro aspecto de la estructura social que presenta rasgos de la influencia externa aunque la estructura política segmental permaneció inalterada, como veremos en el próximo parámetro que exploraremos. Creemos que podríamos generalizar esa influencia externa en el sentido de que se trató de conservar la segmentalización aunque en unidades mayores cuando se trataba de parcialidades "amigas" mientras se inducía la fisión de las unidades que presentaban algún tipo de problemas. También se trataba de modificar 1a relación entre el cacique y los adultos masculinos de la parcialidad. Esta última estratagema tuvo mucho menos éxito tal vez porque apuntaba al cambio del elemento más determinante de la estructura social indígena o tal vez porque la manipulación del tamaño y la fuerza de los cacicatos dependía, en relación directa, de la flexibilidad de la relación entre jefes y seguidores.

Tomemos un ejemplo muy esclarecedor de un intento de fortalecimiento desde el exterior del poder coercitivo de un cacique. Luis de la Cruz, alcalde de Concepción en Chile, hizo un viaje en 1.806 hasta el litoral rioplatense con e1 fin de reconocer la ruta más directa entre ambos puntos. Ya en tierras ranquelinas y acompañado por el cacique principal Carripilúm llega a los toldos de un cacique secundario llamado Quillén. De la Cruz le entrega un bastón a Quillén diciéndole: 

"para que, empuñándolo en tus manos, acordándote del rey mi señor, a quien deberás ser fiel de hoy en adelante, mandes a tus vasallos, los sujetes y los reprimas y como buen padre los aconsejes que sepan conservar nuestra amistad, intimándolos que serán castigados siempre que a ellas falten". Quillén le contestó: "Este bastón que me habéis dado me asusta, porque para recibirlo y sostenerlo necesito de mucha protección. Es imposible sujetar a los mocetones sin que ellos vean que somos favorecidos por el rey, cada uno es un jefe aquí, y en todas nuestras tierras". Y Carripilúm le dijo: 'Estos son cuidados míos, Quillén... recibe lo que te dan que yo te ayudaré a sostener ese bastón..." (de la Cruz, 1.969: 306, énfasis nuestro).

Ya veremos más adelante el fracaso de Carripilum en su ejercicio contra la democracia indígena. Con este acto tan detalladamente descripto, de la Cruz intentaba cambiar la relación entre el cacique y sus seguidores así como entre el cacique secundario y el principal.. Sujetar a los mocetones era la clave del cambio de estructura social que hubiera facilitado e1 control de esa sociedad por parte de los blancos. 

Nos hemos detenido un tanto en los ejemplos para mostrar en lo posible el interjuego de los factores exógenos y las condiciones endógenas que fueron sesgando algunos aspectos de la estructura social indígena mientras que otros quedaron casi intactos.

Otro aspecto que nos parece interesante abordar es el cambio en el sistema de parentesco. Según Faron (1.956) una tendencia establecida a finales del siglo XVIII continúa acentuándose durante el siglo XIX hasta la era de las reservaciones. Tanto la terminología como la conducta de parentesco van haciéndose más patrilineales y patriarcales. Un síntoma de ello fue 1a dominancia del matrimonio transgeneracional con la hija del hermano de la esposa y el debilitamiento del matrimonio con la hija del hermano de la madre. La presencia de estos dos patrones preferenciales ponía en competencia al padre con el hijo por la misma mujer. Pero lo más importante es que el cuñado del cacique por la primera esposa se convertía, además, en su suegro quien, como todo suegro tenía la obligación de apoyar activamente a su yerno. Estos dos tipos de casamientos tienden a producir una jerarquización de los grupos familiares entre los que entregan mujeres y los que las reciben. Los primeros, recipientes del precio de la novia, podían llagar a ser más ricos pero los segundos acumulaban poder lo cual facilitaba la emergencia de fuertes cacicatos.Pero creemos que el patrón patrilineal general se presentó con más fuerza entre los indios amigos ubicados dentro de las fronteras donde la influencia del estado se ejercía directamente.

Es importante la opinión de Bengoa (1.987: 69) sobre la formación de las agrupaciones así como su opinión sobre el origen de los grandes cacicatos: 

"La relación con las autoridades españolas nos parece la explicación del origen de estas grandes agrupaciones ... ya en el siglo XVII los Butalmapus eran una realidad, al menos en su contacto con los gobernadores de Chile; esto fue provocando la preeminencia de algunos cacicazgos en relación a la gran mayoría. Las alianzas matrimoniales la fueron consolidando y la riqueza ganadera, juntamente con la gran cantidad de hijos, parientes y mocetones, la consolidó".

Creemos que el militarismo y las exigencias de la cultura occidental de tener un solo interlocutor por cada agrupación obedecido por los integrantes de la agrupación producían más una apariencia para consumo exterior que una realidad en el medio interior.

Hemos presentado algunos cambios en la estructura social indígena los que creemos que se deben a la situación de contacto y, sobre todo a la constante situación de beligerancia interétnica. Nos hemos esforzado por no incluir los casos de aculturación sino presentar las modificaciones dentro o en el marco de la estructura social nativa.

Es por ésto que debemos distinguir entre relaciones de frontera, y situación secundaria. En general, frontera significa contacto, intercambio, aculturación recíproca. En cambio, de lo que nosotros estamos hablando es de cambios estructurales en la sociedad indígena por influencia de la sociedad estatal. Este tema sería el foco de los estudios etnohistóricos.


El carácter segmental de la organización política

El tercer parámetro a considerar es el carácter segmental de la organización política en el área. Queremos dejar en claro que estamos diferenciando segmental de segmentario al definir el primero como un sistema formado por repetición de unidades casi iguales cuya división o fisión origina dos o más unidades independientes con pérdida de la estructura primigenia. Reservamos el termino segmentario -segmentary en inglés- para designar tipos de sistemas políticos basados en sistemas de parentesco unilineales cuyos linajes están en continuo proceso de oposición complementaria sin que se pierda la identidad corporativa y la estructural de ninguna de las líneas mayores o incluyentes11.

La unidad política era e1 cacicato. Como ya dijimos en el punto primero, algunas agrupaciones eran unidades políticas mientras que otras estaban formadas por varias unidades. Estas diferencias eran coetáneas a la vez que una misma agrupación podía tener una u otra formación en períodos sucesivos ya que los procesos de fusión y fisión operaban o amenazaban con operar constantemente.

Los llamados abajinos de las llanuras de la Araucanía, la zona más densamente poblada de toda el área,formaban una agrupación segmentada en varios famosos cacicatos.. Otras agrupacioenes se caracterizaron por su unidad política como fue el caso de los arribanos en Chile unidad liderada por un solo jefe y formada por relaciones de parentesco muy extendidas con el mecanismo de matrimonios matrilaterales que producen-como ya explicamos- mucha cohesión por jerarquización entre los núcleos familiares que dan hombres y pagan el precio de la novia y los que dan mujeres y reciben el precio de la novia. Un informante le decía a Guevara Silva a principios de este siglo: "En esta familia (Lemunao) como en las otras de los arribanos los casamientos se hacían entre parientes (endogamia) o entre primos, se unían la hija de un hombre con el hijo de su hermana" (Guevara Silva, 1.913: 62). 

Los casamientos entre individuos de distintas agrupaciones eran comunes sobre todo a nivel de los que podían incurrir en poligamia. Obviamente las relaciones matrimoniales voluntarias entre agrupaciones cimentaban alianzas y consolidaban el prestigio y la autoridad de los que tenían muchas esposas. Los matrimonios involuntarios o por captura real entre agrupaciones eran como signos de la enemistad y rivalidad expresada en malones y otros tipos de enfrentamientos.

La fusión ,entonces, se daba por subordinación o por alianzas entre iguales ´La fisión se daba en los mismos niveles, es decir que un cacique subordinado se hacía independiente o un confederado se separaba. La búsqueda de 1a fama y el prestigio de su nombre familiar así como de su persona por las cualidades de guerrero, orador, árbitro en disputas, maloqueador, ganadero, hombre rico, sabio, adivino, bien informado y relacionado con la sociedad euroamericana, etc. eran a menudo motivo tanto para la fusión como para la fisión de los grupos.

La acusación de brujería era uno de los mecanismos más eficaces para producir o mantener la fisión. Bastaba la simple acusación del moribundo para que sus parientes cercanos procedan a matar a el/la acusada . Así, las acusaciones podían recaer sobre miembros de la familia poligámica o sobre individuos de la misma unidad política cuyos parientes negarían la acusación produciéndose un proceso de venganza no controlada y la eventual fisión de la unidad .

La guerra y la paz eran situaciones de cambio en la configuración de los cacicatos. La muerte o la prosperidad de un cacique dispersaban o atraían población a la cual le bastaba la aceptación de otra comunidad para ocupar nuevas tierras y participar activamente en la vida política de la agrupación que los recibía.

Durante el siglo XIX de los estados-naciones permeó las fronteras y los aborígenes tomaron partido por los federalistas o por los centralistas o unitarios. En general a las sub-etnias más importantes de ambos lados de la cordillera les atrajo, o creyeron más conveniente para sus esperanzas de mantener su soberanía, el federalismo tipo Rosas , o Freire , o de la Cruz, o Urquiza. Pero otras sub-etnias , ya por razones de tradicional enemistad con algunas de las que apoyaban a los federales o porque la experiencia con los federales les fuera adversa ,-como el caso de Yanquetruz desde mediados de 1.831- se aliaron a los unitarios o centralistas. El unirse a uno u otro bando exterior implicaba aparentemente ser enemigo de las sub-etnias que apoyaban al otro. Decimos aparentemente porque casi nunca se cumplía con el ataque a otros grupos por razones de política exterior. Podríamos afirmar que cuando así se hacía, otras rivalidades endógenas eran el real motivo de la acción bélica.

Esta organización segmental no pudo ser destruida ni por los propios indígenas a pesar de habérselo propuesto en dos claras ocasiones y en una menos explícita tercera ocasión. En 1.820 el general chileno Carrera había hecho planes de invadir Chile por el norte en caso de que encontrara apoyo en Mendoza, de lo contrario "seré araucano y cuando menos no vivirán tranquilos los tiranos" (Comando,1.973,vol.664-5: 193).

En 1.821 llegó a Guaminí, en medio de las pampas , perseguido y desprotegido por Buenos Aires y los caudillos argentinos. Los indios convocaron a una reunión en la que-según Yeites- se concentraron 40 caciques que reunían unos 10.000 guerreros. Aunque habían mandado aviso a Chile, no sabemos si asistieron algunos caciques del occidente de la cordillera así como no sabemos exactamente qué caciques asistieron del este. En esta reunión o junta le prometieron a su Pichi Rey -que así le llamaban a Carrera- unir todas sus fuerzas contra Buenos Aires. Pero sus distancias recíprocas se mantuvieron a pesar del esfuerzo de su rey. Así Yeites apuntó "Carrera logró reconciliar a todos los jefes de tribus, pero esa reconciliación duró poco. Son soberbios y susceptibles... muy celosos de su libertad y derechos así como decididos y arrojados para mantenerlos" (Yeites1.941: 105).

Los guerreros no eran menos independientes: a un grupo de ellos su Pichi Rey les mandó hacer una exploración al campo enemigo ordenándoles que volvieran con el parte. Los guerreros atacaron y mataron a los soldados que encontraron en su camino desbaratando así la estrategia discutida, pensada y aceptada por los caciques. Por éstos y otros problemas se desvanecieron las expectativas de todos. Al mes de estar entre los indios, Carrera se retiró y abandonó a sus súbditos.

En la década de 1.860 un francés apoyado sigilosamente por su país intentó hacer de la Araucanía y la Patagonia un país independiente del cual él se proclamó su rey con el nombre de Orllie Antoine I. Apoyado incondicionalmente por los arribanos y ayudado por los salineros intentó levantar en armas a toda la Araucanía. Conocía muy bien la situación política real de la Araucanía y la Patagonia ya que dicía en su proclama: "... considerando que la Araucanía es independiente de todo otro estado y está dividida en tribus sin un gobierno central; que en el interés general y especialmente de los habitantes es indispensable establecer uno, queda en consecuencia fundado y constituido ..." (Beramendi, 1.972: 361). Luego él mismo escribe: "allí tuve ocasión de entenderme con varios caciques y hacerles conocer mi propósito; más como éstos me aceptaron con agrado y reconociera yo que el dictado de rey era el más conocido y acatado entre ellos tomé ese título".

Pero Chile ya contaba con un plan de total ocupación de la Araucanía el que fue haciéndose una realidad para 1.861 ante la inquietud detectada entre los indios. El plan llevaba el sello, el diseño del Coronel Saavedra gran conocedor de la sociedad Araucana. Parlamento tras parlamento con grupos de caciques de la costa primero -los mas lejanos a los arribanos- y luego los del centro. Con regalos, amenazas, miedos, elegancia, discursos elocuentes y tropas fue ganando terreno, instalando fuertes en la costa y obteniendo la fidelidad de todos hasta aislar socialmente a los arribanos quienes siguieran apostando a su rey hasta 1.870 cuando ya se desvanecieron todas sus esperanzas.

En diciembre de 1.830 los boroganos de Salinas Grandes hicieron Junta General con Yanquetruz y todos sus caciques a efectos de ofrecer a Rosas una voluntad de tratado de paz por parte de Yanquetruz. En una carta enviada a Rosas para notificarlo del evento se referían a Yanquetruz como "General de la Nación". No sabemos exactamente el significado de nación en este contexto. Sólo tenemos como antecedente una carta que un caudillo chileno realista enviara al comandante del Fuerte de Bahía Blanca en septiembre de 1.830 desde su campamento en Guaminí. En esa carta se alude a una "Junta General de 1a Nación Indiana" lo que parece referir a una cuerta unión de borogas, pehuenches y ranqueles que integraban, en ese momento, las filas de los caudillos realistas . Parece ser que los boraganos tenían un cierto concepto de nación -inducido tal vez por los realistas- que abarcaba toda o gran parte de1 área. El escribiente indio, Millalicán agregaba que así habían nombrado a Yanquetruz porque "así lo merece por ser dueño y señor del país antiguo y muy meritorio en todo de modo que nosotros estamos sugetos a é1 en cierta manera" (AGN, X-23-9-4, énfasis nuestro). Millalicán, el escribiente de los boroganos, tenía un lenguaje epistolar muy formal, muy halagador . En todo caso le decía a cada uno lo que quería oír pero esta carta no era para Yanquetruz y además el trabajo de Casamiquela ya mencionado da cuenta no sólo de la profundidad genealógica del linaje de los Yanquetruz sino la enome dispersión espacio-temporal de los mienbros distinguidos del linaje.

Así y todo, sólo unos meses más tarde, debido a una acción de Yanquetruz contra Rosas, los boroganos lapidaban al cacique con palabras de desprecio. El desprecio era para exportación pero la nación indígena no volvió a aparecer en el discurso de los boroganos. Su amo y señor nativo duró unos pocos meses.

En estas tres situaciones las araucanos planearon más allá de sus posibilidades estructurales. Por eso sus reyes, pensados por ellos como tan necesarios para coordinar un esfuerzo conjunto, fueron extranjeros. El carácter segmental de esa sociedad, determinado tal vez por su demografía, su economía y su tecnología social digitadas desde el exterior no podía ser superado desde adentro; su soñada unificación política no pudo concretarse nunca (Bechis 1.985 b) .

La demanda de ganado barato por parte de los mercados criollos es una de los factores más determinantes de la segmentación política de esa sociedad. E1 hecho de que la procuración del ganado haya estado organizada en grandes malones no va más allá de la organización de caza de animales mayores como el búfalo aunque sí le agrega el elemento de agresión a la sociedad criolla, lo cual requiere una organización militar la que creemos que, a su vez, haya afectado cada día más el abastecimiento autógeno y haya llevado a la dependencia entre agrupaciones o a la dependencia de las raciones. El quehacer militar hizo fuertes y famosos a unos caciques, sobre todo a los que conseguían el ganado. Otros afirmaban su autoridad como intermediarios o informadores de las caravanas mercantiles y aun otros como vendedores exitosos por sus múltiples relaciones con los compradores no indios.

Creemos que los datos deben guiar nuestra apreciación: las alianzas guerreras desaparecían cuando volvía la paz, y durante los períodos de paz no fructificaron los esfuerzos voluntaristas. Es que esa organización política de hombres fuertes o grandeshombres seguidos por núcleos familiares poco relacionados entre sí debido a su movilidad física, tenía como origen la competencia interna por prestigio y seguridad, sobre todo en la vertiente chilena. Esta competencia interna se fue agudizando cada vez más por el mercado de ganado: competencia por la adquisición (ya sea por captura o por raciones) y competencia por la venta debido al sistema de comerciantes aislados y en competencia entre sí como lo fue esa red de cambalacheros que se internaba en la sociedad indígena para hacer sus intercambios con muchos riesgos v muchas ganancias. La competencia por la sobrevivencia por medio de alianzas comerciales, políticas y militares con la sociedad criolla fue un ingrediente más en la estabilización de 1a segmentación política interna.


SEGUNDA PARTE: AJUSTES METODOLOGICOS

En esta segunda parte del trabajo intentamos advertir sobre dos peligros comunes en la producción de la ciencia histórica y la antropología. El primero es lo que llamaríamos la metodología deductiva. Esta actividad se caracteriza por seleccionar un rasgo o característica de una sociedad y buscar el modelo en que aparece ese rasgo. Una vez encontrado el modelo se le atribuye a esa sociedad los otros rasgos incluidos en el modelo sin una revisión crítica, no ya del modelo sino de la atribución de las características del modelo a la sociedad en cuestión.

La antropología contemporánea hace uso de modelos pero con la idea que esos modelos son constructos o construcciones mentales, tipos ideales que según Herbert Lewis (1.967: 101) citando a Adams, sirven a una función heurística ya que sugieren las clases de transformaciones generales que hayan podido ocurrir. Pero el uso de los modelos en un enfoque tipológico etnográfico nos lleva a cometer varios errores. En primer lugar, los modelos son estáticos, sigue diciendo Lewis, y no generan ideas productivas sobre asuntos de proceso y desarrollo. Para Plog y Upham (1.979: 200) el uso de las tipologías tiene cuarto aspectos problemáticos siendo el más destacado "que encubren variaciones importantes en patrones institucionales, de status y autoridad peculiares", y más aún, "adelantan demasiado rápidamente un juicio esquemático sobre un caso particular ignorando así la evidencia de variaciones en tiempo y espacio". Por otro lado, como Feiman y Neitzel (1.984: 44) argumentaban, la futilidad de este enfoque se revela en la continua redefinición de los atributos claves y en la constante formulación de nuevos tipos sociales en la literatura antropológica.

Tomando ejemplos de esta metodología paralizante en la producción antropológica sobre nuestra área de estudio, podemos señalar la falencia de atribuir características de cacicazgos circumcaribeños a los de nuestra área por la presencia del rasgo de la necropompa o suteé en las sub-etnías o más bien algunas parcialidades pampeanas del siglo XIX12. Se piensa que el sacrificio de la esposa o esposas en las ceremonias fúnebres de algunos caciques pampeanos -v.g. el caso de Painé- es un signo que apunta a la cantidad e importancia de las funciones que desempeñaba el cacique. Esto equivale a decir que a mayor cantidad de insignias o marcas de prestigio corresponde una mayor cantidad de funciones sociales desempeñadas. Feinman y Neitze (1.984: 60) han encontrado sólo una correlación matemática moderada entre la cantidad de marcas del líder y el número de funciones del liderazgo13. Esto, a su vez, nos obliga a pensar en que debemos estudiar en cada caso si lo que creemos que son marcas en realidad son signos que apuntan al liderazgo o a otra cosa.

Las marcas no siempre reflejan una realidad efectiva sino que muchas veces simplemente contribuyen a la emergencia, a la construcción, de esa realidad aun no concretada. En este caso podemos hacer una hipótesis alternativa: la necropompa pampeana no apunta tanto al líder como a la construcción de su liderato Dejo un dato para trabajar esa hipótesis alternativa: dice Baigorria en sus "Memorias" (1.975: 168) que en oportunidad de que un hijo de Pichuiñ cayó enfermo, Calviuñ Guor, el sucesor de Painé, anunció que iba a ir a visitarlo. Llegaron mas de veinte ranqueles entre caciques y capitanejos. Calviuñ le dijo a Pichuíñ 

"cuando mi padre[Painé] murió como dos años antes sus mujeres no le respetaban, hemos sabido que a vos te pasa lo mismo, tu hijo está enfermo y morirá sin remedio y vos también morirás luego, y venimos a pedirte dos de tus mujeres que sabemos que no te respetan. El capitanejo Currán también habló y dijo Pichún Guelá, Mallé, es preciso que toquemos todos los medios para existir y no nos paremos por mujeres" (subrayado nuestro).

Pichuiñ , aconsejado por Baigorria, no dio a sus mujeres. Creemos que estos actores no estaban haciendo una implícita acusación de brujería. Mas bien creemos que se intenta un absoluto control sobre las mujeres, brujas o no. Pero necesitamos investigar esta hipótesis. 

Otro dato que se usa frecuentemente para señalar la importancia del líder es la estructura jerárquica de las fuerzas armadas indígenas. Se habla de jefes supremos a los que seguían en serie descendente de poder y mando, caciques o capitanes y capitanejos. Pero un orden jerárquico no nos dice nada sobre el soporte o la base de esa jerarquía, sobre todo cuando sabemos que esas jerarquías son situacionales en contexto de guerra o ceremonial. Nos debemos preguntar cuál es el principio de acatamiento y de reclutamiento de esos capitanes, capitanjos y conas. Hasta ahora, todos los datos que tenemos indican que el acatamiento y el reclutamiento tenían una base voluntaria aunque reconocemos las presiones y sanciones informales que ejercía la sociedad total sobre los varones para dirigirlos a la actividad guerrera14. Cuando la parcialidad recibía raciones de la sociedad criolla, tal vez el cacique ejercía poder ya que de él dependía la distribución de bienes recibidos, pero entonces estamos en un aumento de poder digitado por la sociedad criolla que sólo hacía que el cona o el capitanejo permaneciera con el cacique que más bienes conseguía y nada le impedía cambiar de cacique si la diferencia era significativa .

La deducción apresurada también se manifiesta en el adjudicar una estructura de clanes y linajes unilineales a la sociedad araucana porque tenían lo que en antropología se llama crestas totémicas lo que en este caso eran representaciones estilizadas de animales en los dinteles de algunas casas15. Sabemos que los tótems no se encuentran siempre asociados con clanes y que hay sociedades que tienen clanes no totémicos. Por lo tanto, deducir una estructura familiar de clanes porque algunas familias exhibían crestas totémicas es una deducción muy apresurada.

Otra advertencia metodológica se podría dirigir a la importancia que se le ha dado al circuito del ganado como causa, aunque no única, del poder de los caciques. Es como si el circuito el ganado o ya hubiera existido y el cacique se apoderara de su organización con el fin de aumentar su poder, o fuera consecuencia del poder establecido por el cacique, el que emprende el negocio para su beneficio. Dado que los animales eran de propiedad individual el cacique recibía su recompensa por atender e informar al comerciante viajero del mismo comerciante lo que elevaba su rango de suntuosidad y prestigio pero no aumentaban ni su poder ni la centralización de su cacicazgo . Nosotros creemos, basados en el poder decisional de la comunidad, que es ésta quien le confiare o le impone al cacique la tarea de organizar y administrar el sector del circuito que le correspondiere. Es más: esta imposición o necesidad de la comunidad es a) recogida, asumida por la persona que funciona como cacique, y b) la comunidad de la que hablamos no es sólo la parcialidad que lo sigue, que lo proclama, sino la comunidad de cacicatos que, en un juego de fuerzas, va definiendo el papel de cada cacique y la importancia relativa de cada uno de ellos.

TERCERA PARTE: CARACTERÍSTICAS DE LOS LIDERATOS


Pasamos ahora a la tercera parte de la ponencia en la que intentamos caracterizar a algunos lideratos indígenas del siglo XIX a la luz de los parámetros establecidos en la primera parte. Aunque ésta sea una presentación más bien sincrónica, debemos tener presente dos condiciones temporales. Una de ellas, muy general, es la de que las características de los liderazgos pueden sufrir cambios pendulares en un continuo "débil-fuerte". Con esto negamos una dinámica unidireccional. La otra condición temporal limita la caracterización al espacio de tiempo entre 1.817 aproximadamente y 1.885, o la rendición final de los pueblos indígenas ante el conquistador criollo.

Sucesión

En primer lugar, ponemos en duda la afirmación llana de que los liderazgos fueron hereditarios.

Sabemos que Calfucurá, Yanquetruz y Painé no llegaron al liderazgo por adscripción sino por sus manipulaciones y esfuerzos personales. Algo distinto parecen ser los casos de Namuncurá y Mariano Rosas. Sin embargo, a la muerte de Calfucurá se nombró un triunvirato para no dividir las fuerzas entre los tres hermanos que competían por la autoridad. La figura de Namuncurá fue emergiendo como la más firme entre las tres que constituían el triunvirato. Esto quiere decir que su liderazgo no fue hereditario sino mediado por criterios de adscripción y de adquisición. El caso de Mariano Rosas no fue distinto: después de la muerte de su padre Painé, hay una sucesión fraterna o adélfica sucediéndole Calviuñ primero, Mariano Rosas después y por último Epumer, el cual era, por lo menos mayor que Mariano Rosas pero no tenía las cualidades personales de Mariano. No sé si lograremos algún día conocer cómo fue el acceso de Mariano al poder. Decir que su liderato fue hereditario sin más cualificaciones es una aseveración muy apresurada. 

El caso de la sucesión en la familia de Yanquetruz es algo distinto porque hubo regencia y preparación para la sucesión. A Yanquetruz lo sucedió su hijo Pechuiñ-Guala. No sabemos si la llegada al poder de Pichuiñ fue por vía de adscripción o mediaron cualidades personales. Si sabemos, por Baigorria (1.975: 12) que Pechuiñ preparaba a su hijo para el mandato futuro. Es el único caso -que sepamos- en que una fuente de la época nos dice concretamente que un individuo particular estaba siendo preparado para el liderazgo. Dice Baigorria: "Pichún [Pichuiñ] y Galván [Calviuñ] murieron. Mariano sucedió a su hermano [Calviuñ] y Llanquetruz llevó el mando hasta que Baigorria [Baigorrita, hijo de Pichuiñ] estuvo en edad de sucederle a su padre". 

Este Yanquetruz era sobrino de Pichuiñ y nieto de Yanquetruz El Viejo. Llegó a ser delegado de Pichuíñ junto con el coronel Baigorria ante el gobierno de Urquiza y en las alianzas con Calfucurá. Baigorrita acompañaba a su primo Yanquetruz. El coronel Baigorria también reconocía a Baigorrita como heredero, ya que al aceptar un regalo de Calfucurá dijo "este presente lo doy a mi tocayo, y deposito en él como más joven, para que algún día, si vive, no se olvide estos tratados que va su padre [Pichuiñ] a ratificar con el gobierno nacional por medio de su amigo y hermano Baigorria" (1.975: 125). En otro párrafo Baigorria nos dice: "Baigorrita, que todavía era mozo, marchaba a las órdenes de Llanquetruz pero gobernaba a todos los muchachos de su casa...", que eran "treinta y tantos" (1.975: 130-131). De todos modos no sabemos por qué Baigorrita y no otro hijo de Pichuiñ estaba siendo preparado para líder. El caso de Platero o Ramón puede ser otro caso dudoso aunque Mansilla (1.966: I, 138) nos diga que el padre "abdicó" a favor de su hijo. Decimos que "puede ser" porque no sabemos si hubo alternativas ni el papel de sus seguidores en la elección del nuevo líder. Resumiendo este punto: entre los líderes notables del siglo XIX el acceso al liderato tuvo un componente mayor de cualidades personales y adquisición que de herencia o adscripción.

Es más, llama la atención la sucesión adélfica o de hermanos que se da en algunas parcialidades . En cambio, en otros casos como el de Calfucurá y su hermano Reuqué Curá y anteriormente unos hermanos huilliches valdivianos establecidos en Salinas Grandes a principios de siglo, los hermanos ocupan contemporáneamente territorios contiguos siendo cada uno cacique en su territorio con el reconocimiento de uno de ellos como conductor de la relaciones exteriores.

Queda claro que el acceso al liderazgo entre los líderes pampeanos fue más bien por adquisición, aunque en la segunda generación se presenta el componente de adscripción no bien definido. Pero también queremos dejar claro que las características que tome la sucesión de líderes no tiene una fuerte correlación con los poderes o funciones de esos líderes . Esto lo confirman Feinman y Nietzel (1.984: 61) al afirmar que el criterio de sucesión no indica el tipo de liderazgo ejercido. Además, en la introducción de esta ponencia, ya citamos a Sahlins quien deja bien establecido que la sucesión padre-hijo no siempre tiene un carácter hereditario adscripto.


Funciones económicas de los líderes

Las actividades económicas de los líderes, qua líderes, exceptuando la distribución de las raciones enviadas por los gobiernos criollos, no son muchas ni muy importantes. No hay recolección de tributos, ni mantenimiento institucional de pobres, ni distribución de bienes ni almacenaje colectivo. Si había alguna distribución ésta tenía origen en la riqueza del líder y en su generosidad. En otras palabras, no hay una economía redistributiva. Pudo haber habido situaciones en las que se daba una reciprocidad asimétrica en que favores que eventualmente producían riqueza eran retribuidos con fiestas a expensas del favorecido. Pero ceremonias colectivas como guillatunes pudieron haber sido formas de nivelación de la riqueza en que la generosidad terminaba con los "ahorros" del anfitrión y de su parcialidad sin ser esto un caso de redistribución económica.

En cuanto al papel del cacique en el control de los recursos vitales como agua y tierra tenemos poquísimos datos como para juzgar. Sabemos de la construcción de represas, jagüeles o corrales entre los ranqueles y los salineros y los serranos bonaerenses. Para algunos estudiosos esto significa la construcción de obras públicas, de lo que deducen no sólo que debió haber habido algún sistema de trabajo forzado sino también que el beneficio de esas obras lo recogía directamente el líder. Estas afirmaciones son insostenibles, al menos por hora. Ya la antropología descartó la necesaria relación entre poder centralizado y obras públicas al demostrar que grandes obras comunales fueron hechas por comunidades sin líderes institucionalizados y autocráticos. El hecho de que Mansilla haya encontrado que un individuo estuviera trabajando en los corrales de Mariano Rosas como castigo por ser pícaro, en todo caso señala funciones legales del líder o el pago por alguna transgresión personal a la persona del lider, pero no señala el deber de cualquier individuo de trabajar para el líder.

En cuanto a los privilegios del uso de las mejores tierras para pastoreo de sus caballos y el disponer del trabajo de jóvenes como boyeros de sus caballos pudo haber sido un indicio de acceso discriminando a la tierra y al trabajo siempre que demostremos que por tener ese privilegio otros no podían desarrollar su riqueza, cosa que dudo que lo podamos demostrar.

Indudablemente, el líder mantenía una clientela de indios pobres y gauchos refugiados, pero no tenemos constancia de que estos individuos crearan riqueza para el líder directamente. Ciertamente acrecentaban su autoridad sobre todo con información oportuna y estratégica pero no era precisamente esa clientela la que legitimaba su poder sino los individuos más independientes y autosuficientes como otros caciques de segundo orden y los hombres capaces de portar armas.

El líder no era el hombre más rico ni el que contaba con más hombres de lanza. Entre los ranqueles, en el momento de más autoridad ostentada por Mariano Rosas, Baigorrita tenía más hombres que Mariano y Ramón juntos (Mansilla 1.966: II, 267) y Ramón más riqueza en platería que Mariano. La cultura mapuche ha diferenciado durante centurias los hombres ricos de los jefes y no necesariamente coincidían la riqueza y la autoridad en un solo individuo. Parece que la coincidencia se fue haciendo relativamente más estrecha en la segunda mitad del siglo XIX pero la riqueza no llegó a ser una marca de la autoridad. Dice Vicuña Mackenna (1.972: 683) "[Maguil Huenu llamado Bueno ] era generoso de lo suyo y de lo ajeno al punto de no tener más propiedad que su pajiso rancho".

Buena parte de la riqueza y de la autoridad del líder provenía del excedente acumulado por la sociedad criolla el que llegaba a las parcialidades vía las raciones gubernamentales ,los regalos y las incursiones de recolección llamada malones. La primera de estas fuentes externas de riqueza ( las raciones) era sí objeto de redistribución. Pero el sistema era un sistema inter-étnico de tal manera que la contribución, voluntaria o no, partía de los criollos, se centraba en el líder y era distribuida entre los miembros participantes de la parcialidad. Los regalos entraban en general ya individualizados. En cambio no sabemos mucho sobre los criterios que se usaban en la distribución de animales capturados. Entre los ranqueles tanto obtenían su ganancia los que iban en el malón como los que prestaban los caballos, aunque no participaran. La suposición de que el líder recibiera más botín no sólo por su participación sino porque tenía más caballos para prestar no está mal encaminada pero le falta por un lado el dato etnográfico y por el otro, como dije antes, no era privilegio del jefe tener más ni mejores caballos que otros. Además parece ser, siguiendo la opinión de Pastor (1.942:.358) -que las incursiones puramente económicas o de mera rapacería estaban dirigidas por los caciques menores y capitanejos mientras que los caciques mayores se fueron especializando en ataques políticos o de devastación. En cuanto a los cautivos - otro codiciado bien conseguido en los malones- eran de propiedad estrictamente privada del captor.

Lo cierto es que la riqueza externa proveía para una cierta diferenciación social interna la cual podría ser considerada como una incipiente estratificación muy particular. Oberg (1.973: 196) dice " puede aparecer una estratificación social en tribus homogéneas o segmentadas cuando existen las condiciones para la adquisición de un excedente económico de sociedades externas". Pero, como bien aclara Oberg, "ese excedente es como fruta caída del cielo ya que no altera el sistema económico básico de la tribu misma". 

Mariano Rosas le decía a Mansilla (1.966: II, 14): "yo, hermano, quiero la paz porque sé trabajar y tengo lo bastante para mi familia cuidándolo". Y en otro momento le decia : "Mora...va en la punta de los malones, por eso tiene con qué vivir" (1.966: II ,50). Estas referencias no apuntan ciertamente a un a estratificación por una dinámica económica interna a la sociedad. 

Para hacer un análisis económico debemos reconocer tres circuitos significativos de producción, distribución y consumo : el nivel de actividad doméstico, el de la unidad política y el intertribal (Bechis 1.984: 66 a 77) .Todos éstos,en una forma u otra se relacionan ,a su vez , con la economía criolla.

Pero no conocemos el grado de incidencia del circuito del ganado y el comercio con la sociedad criolla en la economía regional o circuito intermedio. No conocemos al productividad ni el rendimiento de las actividades productivas. Sospechamos que en general la productividad fue alta y el rendimiento bajo sobre todo para las parcialidades instaladas en la zona semiárida. Los jagüeles y las represas tendrán que haber elevado el rendimiento de la zona al controlar energía para aumentar ese rendimiento en el número de animales estables o pasajeros y en propiciar la agricultura en algunos grupos domésticos

La ausencia de un análisis económico de nivel intermedio, es decir a nivel de los Ranqueles, los Salineros, los de Pincén, los Colipí, los Mangín, etc. Sugiere dos cosas: 1) o los cacicatos no eran sub-unidades de análisis significativas, o 2) no hemos tomado conciencia de ello deslumbrados por el circuito del ganado y la circulación de otras mercaderías.

Si es la segunda posibilidad, debemos corregirlo y empezar a estudiar las sub-etnías como unidades económicas si queremos afirmar el carácter político autónomo de los cacicatos.

Si es la primera posibilidad, tenemos que replantear todos nuestros estudios de cacicatos, ya porque no tienen una base económica autónoma, ya porque, por eso mismo, son en última instancia absolutamente dependientes económicamente de la sociedad criolla tanto de las donantes como de las compradoras.

Justicia

No parece que los caciques hayan tenido funciones judiciales más allá de arbitrar en disputas aunque ese arbitraje era en cierta forma remunerado. Incluso esas funciones de arbitraje sólo eran iniciadas si la víctima requería sus servicios. El arbitraje no era forzoso, pero una vez requerido había obligación de cumplir el veredicto. Dice Mansilla "la justicia se administraba en dos modos, por medio de la autoridad del cacique y por medio de la fuerza del mismo damnificado. El primer modo es el menos usual"16 (1.966: II,81). La venganza directa o la reparación del daño fue la base de la justicia en todo el área. Indudablemente el cacique no como cacique sino como particular y cabeza de familia ejercía esta justicia privada en caso de ser él o su familia el grupo perjudicado.

Capacidad de decisión pública del cacique .

En cuanto a la capacidad estructural de decisión del líder también sabemos que era muy poca. No importa si la decisión a la que arribaba el consejo de notables de la parcialidad se acercaba casi siempre a la opinión privada del líder. Eso es parte de liderazgo, del papel de constructor y manipulador de opinión pública. Lo importante es que el líder no podía obrar por cuenta propia o dar órdenes legislativas. Debía convencer. Como decía Mariano Rosas, según Mansilla, "En esta tierra, el que gobierna no es como entre los cristianos...Aquí hay que arreglarse primero con los otros caciques, con los capitanejos, con los hombres antiguos" (1.966: II, 14). 

En este sentido es muy revelador el juicio de Pedro García (1.974: 92) quien, en 1.810, observa la conducta de jefes y conas mientras enfrentaba a Carripilum el virrey de las pampas y otros caciques pampas y ranqueles que tratan de mostrar su poder. Si embargo, García anota generalizando : ...todo indio manifiesta su carácter: quiere que se lo gratifique privadamente..creciendo su empeño en pedir, cuando crece el número de dones. Yo creo que la razón de esta conducta deriva de que su autoridad entre los suyos es en razón de su generosidad". También es muy reveladora la secuencia de inconvenientes que protagonizan el padre Salvaire y el "Señor Cacique General Namuncurá" en 1.875 para realizar un previamente acordado canje de cautivos a lo que se oponían algunos Salineros y otros presentes que incluso no eran de la parcialidad salinera . Acusado Salvaire por los visitantes llegados de Chile de ser brujo y merecer la muerte, Namuncurá tuvo que acceder a un juicio protagonizado por los adivinos de ambos grupos (Hux 1.979 : 74) 

Por supuesto que el consenso es parte integrante de cualquier tarea de gobierno en todas las sociedades. La diferencia está en el carácter obligatorio o no del consenso para poder llevar a la práctica una tarea de gobierno. En estas sociedades el consenso era obligatorio y el líder no tenía ninguna posibilidad de obtener por la fuerza el consentimiento de toda o parte de su parcialidad. Una de las pocas declaraciones nativas de esa época sobre la relación entre caciques y seguidores nos la facilita Pablo Millalicán que fuera secretario de los boroganos . En una carta al comandante Rodriguez de octubre de l.834 dice :

Sin duda V.S. y los demás señores de esa creen que yo soy aquí muy soberano entre los caciques,que cuanto les mando en el momento lo hacen. No mi coronel más me quisiera yo que así lo hicieran. Los caciques que hacían esas cosas así ya están muertos que lo eran Rondeau y Melín. Yo estoy acostumbrado a mandar en las tropas de línea a soldados veteranos y disciplinados y no entre estos infelices que se manejan con torpezas y se obedecen a ruegos y no con imperios....(AGN X 24-8-6 .citado por Ratto ,s/f. Ënfasis nuestro ).

Citaremos algunos casos que expresan el fracaso de los caciques en imponerse como autoridad controladora. En 1.815 Carripilúm y otros caciques ranquelinos aliados hicieron un tratado con Córdoba por el cual, entre otras cosas, debían devolver toda la hacienda robada. Carripilúm recobró casi toda la hacienda robada por sus indios pero sufrió la peor sanción por parte de su gente: muchos lo abandonaron y se sumaron a las agrupaciones ranqueles del interior ya francamente opuestas a los gobiernos patrios (Lobos 1.979 : 67) . Algo parecido le sucedió a Benancio Coyhuepán en 1.831: Cuando el cacique -presionado por las autoridades criollas - obligó a un parcial a devolver los animales robados,el indio lo hizo pero le retiró su apoyo "sacando afuera a su familia separándose de los demás Toldos de la gente de Dn.Benancio..." (AGN.X -23-9-5 carta de V.Gonzalez a Rosas).

Unos años más tarde Painé se encontraba también presionado por el gobierno de Córdoba por la devolución de cautivos los que sabemos que eran propiedad privada del que los capturara. El cacique podía comprárselos o hacer otros arreglos siempre que el dueño lo aceptara..Painé logró reunir cinco cautivos de los ocho que le exigía Córdoba enviándos a la frontera con una carta que decía:

Son los que he podido reunir. Los otros tres que quedan, como se lo dije en la anterior, que despacio haría las diligendias para conseguirlos...yo no puedo quitarlos como UD. me dice, porque aquí nuestras costumbres son otras y a más de eso hay aquí muchas brujas que yo temo que a mi o a mis hijos o hermanos me les hagan mal si yo entro a atropellarlos. Ud. para satisfacerse puede imponerse de los mismos cautivos qué tantas prendas se han dado por cada uno porque aquí todo se hace por la armonía y nada por autoridad o la fuerza.... (AHC,Gobierno, tomo 192, leg.4 . 4/3/1.844.citada por Mayol l.992: 19 ,énfasis nuestro ).

Muchos años después, a principios de 1.880, en las tolderías del Caleufú subía la tensión social por la cercanía de las tropas ya francamente hostiles a todos los indígenas. Moreno estaba en peligro de ser sacrificado. Sayhueque le decía que "Habiéndole quitado el gobierno las reciones ya no tenía la misma influencia con sus indios y que si bien él nunca le haría mal, podía llegar el momento en que no podría defenderme de algunos de sus jefes... (Moreno, E.1.979: 157 ,énfasis nuestro)

El caso más revelador fue el de Calfucurá con respecto a sus seguidores cuya obediencia consiguió el cacique por acuerdo explícito a cambio de quedarse como líder en las pampas. Analicemos este caso con cierta detención por lo importante que es para nuestro argumento. Decía Pacheco en 1868 , en una carta dirigida a la Sociedad Rural y publicada en sus Anales, que Calfucurá - a quien conocía desde 1.818 - , en el momento de escribir la carta , era cacique de La Puerta [ cerca del Llaima] a donde podría retirarse en caso de abandonar las pampas (Pacheco,1868:373).Esta ventaja o recurso último, estaba presente en muchas decisiones arriezgadas que tomara el cacique. Al parecer una de esas oportunidades fue la decisión de quedarse como jefe en Salinas Grandes ya que en una carta a un amigo escribiera:

...soy chileno,y que aquí me llamaron, yo vine con toda mi gente...me hicieron quedar todos los caciques diciéndome que querían que yo los gobernase, y entonces yo les dije que me quedaría pero que me habían de obedecer todos, en todo lo que yo les mandase y me dijeron que sí.... 
(Comando 1974:666-316)

Si leemos bien la cita ,incluso sin creerle lo que dece, tenemos que concluir que ningún cacique que mande u ordene por derecho se energullesería de haber conseguido su mando por consenso conseguido por una especie de donación de sus habilidades de líder.


Así como creemos que se pudo manipular muy poco la relación entre los mocetones y los caciques, afirmamos la fuerte influencia sobre los caciques o sobre los aspirantes al cacicato que en algunos casos conseguían las autoridades. En Chile, los Colipi de la Araucanía " buscaban, al parecer, una integración ventajosa a la sociedad chilena sin pérdida de rango, -y la fuerza, por lo tanto- que poseían en la sociedad mapuche" . El jefe Colipi tenía un poder atípico sobre sus seguidores, tal vez por el prestigio y la riqueza que distribuía el cacique y también por los castigos. Pero su fortaleza sobre las otras parcialidades estaba apoyada en las habilidades v destrezas del cacique, las de sus guerreros " y de los mata perros, guardias cívicas reclutadas entre los vagos de la frontera" que el gobierno chileno le proveía. (Bengoa1.987: 74, énfasis nuestro)

El caso de Calfucurá en Argentina fue otra instancia de manipulación. En 1.831, siendo un cacique no muy exitoso en su patria, Chile, expedisionó a las pampas como uno de diez a doce caciques aliados al cacique pehuenche principal Toriano todos llamados y apoyados por el gobernador de Buenos Aires. En 1.840 era el jefe indiscutido de Salinas Grandes, el punto mas estratégico de las pampas. Racionado por el gobierno y exitoso en ganarse y mantener junto a su hermano Reuque un corredor territorial hasta el mercado de ganado de Chile, fue el gran soberano da las pampas. Llegó a tener suficientes fuerzas como para enfrentarse a los gobiernos que no lo favorecieran hasta l.872 cuando al frente de 3.500 guerreros fue vencido por las fuerzas nacionales compuestas por soldados regulares y 800 guerreros de los indios amigos incorporados a la defensa de la frontera.


El cacique como nodo informático.

Creo que lo más destacable de las funciones de esos liderazgos era el acceso y el control de la información, es decir, como dicen Cramer y Hass (1.985), su función como procesadores de información. Cuanta más información se necesitara para llevar a cabo las actividades de la parcialidad, mayor la necesidad de un líder y mayor su autoridad.

Esta aseveración está fundada en un clásico de la literatura antropológica, "Some Archaeological Correlates of Ranked Societies" por Peebles y Kus, quienes ,siguiendo las críticas sobre la teoría de los tipos ideales presentan la tesis "de un modelo cibernético de los cacicazgos". Estos autores recogen la idea básica de la cibernética de que "la estructura de una máquina o de un organismo es un indicador de la performance que se espera de ella" (1.977: 427). Nosotros adoptamos esa idea porque creemos que este principio cibernético es una herramienta heurística muy útil a la vez que coincide con muchos autores contemporáneos que han demostrado que las variables económicas y ecológica son variables independientes que deben ser mediadas por otras variables intervinientes para poder explicar fenómenos sociales. Como dice Spencer en su articulo "Rethinking the Chiefdom" (1.987: 369) las "definiciones contemporáneas tiende a enfocarse sobre criterios adminstrativo-políticos más que en criterios económicos". Aún Carneiro toma una perspectiva política. Este cambio surgió cuando Earle escribe en 1.977 "A Reappraisal of Redistribution: Complex Hawaian Chiefdoms", obra que ya se conocía en 1.975 en un manuscrito.

En realidad el modelo de redistribución queda, pero no en economía sino en política, especialmente en el área de la información. La información del interior y del exterior se concentra en el cacique, el cual "reparte" esa información procesada a los Consejos o Juntas internas, las cuales a su vez hacen de fuente informadora. De ahí esa "interminable" (para los blancos asistentes) sección de preguntas y respuestas sobre el estado de sus caballos, los problemas del viaje y las noticias sobre la gente del exterior .

Cuanto más datos hay para procesar más se necesita una instancia separada de las fuentes directas de datos. Esta segunda instancia los recoge, los resume y los conserva para poder llegar a hacer decisiones en base a esos datos. De esta manera, una multiplicidad de observaciones ya medianamente codificadas y alejadas de los detalles microscópicos de los componentes es enviada al centro, el que puede así manejar mayor variedad de acontecimientos. Dicen Peebles y Kus (1.977: 428) 

"En un sistema cultural, la organización jerárquica no sólo aumenta la habilidad del sistema para procesar energía e información sino que facilita (el manejo de una) mayor complejidad interna y de las variaciones externas".

Siguen diciendo los autores que "la información está inversamente relacionada con la entropía y el desorden y es central al concepto de homeostasis, regulación y control". De manera que podemos decir que un liderazgo es producto de una necesidad comunal de información y es, a la vez causa de la organización de esa comunidad.

Pasemos a nuestra etnografía. Si recordamos los parámetros presentados en la primera parte de este trabajo tenemos que trabajar con una unidad de análisis muy extendida en el espacio, y tan integrada por la red de relaciones sociales y económicas que la información de lo sucedido en un ángulo de este territorio debió ser importante para cualquiera de las partes. Es decir que con la expansión de la cultura y la sociedad mapuche y la mayor integración del área , creció la variabilidad de informaciones necesarias para el eficiente desempeño de cualquiera de sus parcialidades políticas. 

Diversidad de zonas geográficas, diversidad de accidentes climáticos, diversidad de situaciones vitales como muertes, nacimientos y movimientos de población ya no podrían ser transmitidos de todos para todos. En el área total se necesitaban centros nodales de procesamiento de esa enorme cantidad de información procedente del interior de esa área. Pero, a su vez, esa área no estaba en el vacío. No sólo tenía a su alrededor otras sociedades simples como la Patagonia del sur sino que el área estaba determinada por la presencia de parcialidades araucanas, de parcialidades mapuchizadas y de una compleja etnia criolla que estaba sufriendo el proceso de formación de dos estados nacionales Chile y Argentina, formas políticas novedosas en el área con características distinta a la cultura, la economía y la política coloniales. 

De ahí el extraño desarrollo de un status muy particular en los aduares pampeanos: los secretarios de los caciques mayores que también señalan la importancia de la función del cacique como administrador de los asuntos con el exterior. Tampoco nos parece extraño que se encontraran libros, periódicos y archivos en los toldos principales. Los compadrazgos bastante frecuentes entre indios principales y hombres criollos destacados no sólo podían funcionar como mecanismos de seguridad sino también como mecanismos de comunicación. 

La interacción entre el área araucana y el área criolla se hizo más compleja y muchas veces caótica debido a la complejidad de esa nuevas formas políticas y a los cambios y conflictos que fueron partes constitutivas de esa formación. Los indios fueron adaptándose a ese nuevo ambiente externo cada vez con mayor eficacia hasta donde los permitieron sus condiciones materiales, sus formas sociales y la consolidación de los estados criollos17. Las formaciones políticas segmentales de unidades flexibles y en constructiva competencia ente sí facilitan la movilidad y la información. La cantidad de refugiados aceptados en las tolderías facilitaban, no sin inconvenientes, no sólo la información para la interacción depredadora para apropiarse del excedente criollo, sino también la información necesaria para dialogar con la sociedad criolla la cual como compradora, agresora, protectora o cómplice, se introducía en la sociedad indígena. 

De ahí el extraño desarrollo de un status muy particular en los aduares pampeanos: los secretarios de los caciques mayores que también señalan la importancia de la función del cacique como administrador de los asuntos con el exterior. Tampoco nos parece extraño que se encontraran libros, periódicos y archivos en los toldos principales. Los compadrazgos bastante frecuentes entre indios principales y hombres criollos destacados no sólo podían funcionar como mecanismos de seguridad sino también como mecanismos de comunicación. 

Ya dentro del área esa información se alimentaba de espías entre las parcialidades, ceremonias pomposas como los guillatunes de Calfucurá, constantes viajes de hijos de caciques a otras parcialidades y , no menos importantes, los viajes de comerciantes que al internarse "tierra adentro" debían pasar primero por el toldo del cacique donde se producía un intercambio ritual obligatorio y donde se informaban sobre dónde estaban los parientes o contactos con los que se iba a producir el intercambio concreto. El "fondo de poder" del cacique fue haciéndose en la medida que el cacique formaba su "fondo de información".

Esta relación entre información, autoridad y orden se manifiesta dramáticamente en la ya carta que le envió Mariano Rosas al coronel Iseas de San Luis, en 1.865, a propósito del no cumplimiento de un tratado pactado en 1.864:

"Hermano: el artículo séptimo del tratado me señalaba un sueldo de sesenta pesos plata, y dice el artículo octavo que tendré una escolta de veinticinco hombres; un capitán, tres sargentos, cabos y soldados todos con sus sueldos; y nada de eso me cumplen ahora. Deseo y es preciso me diga cuando he de recibir esos sueldos. Con ese motivos están disconformes mis capitanejos, algunos me abandonan, dicen que me dejo engañar, se me sublevan, hay descontento, me consideran embustero, se ríen de mí, me pierden el respeto y estoy como un indio cualquiera abochornado" .( Pastor 1.942: 184.,énfasis nuestro ).

Es una pena que la arquitectura indígena no se haya podido mantener por la calidad de los materiales usados. Si no, encontraríamos, tal vez, los restos arqueológicos del palenque de Calfucurá que medía cincuenta metros, señal de la cantidad de visitas y emisarios que recibía, o encontraríamos los complejos y enormes toldos de esos principales con una cantidad de elementos que señalarían las grandes ramadas para alojar mucha gente, los salones para comida y charlas íntimas, y las numerosas divisiones para los aposentos de cada una de sus mujeres producto de los casamientos que proveen informaciones desde las áreas exteriores de su propia parcialidad. También veríamos adornos, piezas de palta y mantas que, como objetos ceremoniales de intercambio, eran parte imprescindible para extender y mantener la red de comunicaciones y ,a la vez, eran signos de la importancia nodular del dueño de la casa.

No es extraño, entonces, el gran desarrollo de las técnicas y las artes de la comunicación como la oratoria, los mensajeros, los "historiadores" o bardos, los lenguaraces, humos con código, pozos de resonancia, los parlamentos, las asambleas, los rituales de encuentro entre dos grupos, etc. acciones e instrumentos altamente prolijos y exigentes que contrasta con la laxa conducta diaria.


Resumiendo: en el área pan-araucana del siglo XIX surgen líderes con poco poder institucional pero con gran dominación personal; fuertes personalidades que mantienen, sin poder coercitivo, la cohesión y el orden gracias a su capacidad de organización y administración de los asuntos internos. Su función básica fue la de ser procesadores de información intra e inter-étnica; procesador y negociador entre su parcialidad y los criollos, entre su parcialidad y otras parcialidades y entre los parciales que le siguen y fundamentan su liderazgo. El líder debe hacerse cargo de las empresas, trabajos e ideales comunes que deben satisfacerse con eficacia. Su autoridad depende de sus habilidades y destrezas y pende del hilo muy fino y tenso de la confianza que deposita en él su parcialidad. Esta confianza es ritualizada en obediencia en situaciones muy bien delimitadas y puntuales. Pero rota la confianza, desaparece la obediencia, se pulveriza la parcialidad y desvanece el líder.


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NOTAS

1. Investigadora titular por contrato del Instituto de Investigaciones Gino Germani .FCS.UBA 
E-mail : bechism@ciudad.com.ar 

2. Este trabajo es una versión revisada de una ponencia presentada en el I Congreso Internacional de Etnohistoria,Buenos Aires,1.989. No se han cambiado los conceptos básicos sino se han explicitado un poco más y se han agregado algunos casos. Sí hemos sustituído el nombre de área pan-araucana por el de área arauco-pampeana (completándolo con norpatagónica ) porque hemos comprobado que la primera forma aun sugiere en los lectores sólo el aspecto demográfico de la araucanización de las pampas (sin hacer distinción entre el proceso cultural y el proceso demográfico) lo que deforma las ideas expuestas. Por esto mismo a veces hablamos de mapuchización aludiendo a la cultura mientras que dejamos el adjetivo araucano para el indígena proveniente de la Araucanía, territorio chileno entre el Bío-Bío y el Cautín.

3. Balandier (1.970: 48) refleja esta diferencia al distinguir entre King y chief siguiendo a Lowie en la diferenciación entre strong chief y titular chief. Es Grumet citado por Leacock (1.979 :27) quien dice acerca de los líderes de sociedades igualitarias: "imposibilitado de ordenar arbitrariamente cualquier acción, a los que estaban en posiciones de liderazgo se les daba una oportunidad, más que un mandato, para ejercer la autoridad; su poder dependía del poder de persuasión más que de la persuasión del poder" (énfasis nuestro). 

4. Citado por Balandier, ( 1.971: 29 )..

5. Aquí señalamos sólo una tendencia de cada agrupación por lo que los casos opuestos son numerosos y todo depende, a su vez, del momento histórico en términos de cada 5 a 10 años, sobre todo en la primera mitad del siglo XIX.

6. Baigorria (1.975 : 82) dice que " Magñin" mató a Coyhuepan en Bahia Blanca (aproximadamente en 1.836) y luego se instaló entre los ranqueles con 600 hombres . Lo cierto parece ser que en agosto de 1.836, una sección de boroanos que vengaba la muerte de su jefe Cañiuquir en manos de los soldados de Rosas, se alió a indios chilenos (la fuente no especifica la o las parcialidades) recién llegados y atacaron cerca de Bahía Blanca a los indios de Venancio Coyhuepan ("amigos" de Rosas) matándole su jefe.

7. Con el fin de aclarar un poco esta categoría podríamos decir que las sociedades no estatales comprenden las sociedades igualitarias, de rango o estratificadas (siguiendo a Fried) que presentan esas "características" por un largo período de su historia o en una sucesión de esos "estados" hacia uno u otro lado de ese continuum no estatal en cortos períodos. El mejor ejemplo de esa oscilación lo muestra L. Leach en Political Systems of Highland Burma.

8. Parece ser, en resumen, que sociedades igualitarias o de escasa diferenciación social pueden tribalizarse según el concepto de Fried. Barbara Price (1.978: 164) opina que el contacto de sociedades estatales con sociedades de rango pueden provocar un cambio en esta últimas tanto hacia la tribalización como hacia la estatización. Es importante citar a Leacock (1.973: 266) quien afirma "En muchos casos el desarrollo de las jefaturas formales tribales ha tenido lugar como parte de la lucha contra la administración colonial. La historia de muchos pueblos indígenas en Norteamérica ejemplifica la transición de organización y orientación informal a una tribal y posteriormente nacional". El problema con esta cita es que en este caso no está bien definido el nivel tribal y que Leacock argumenta en una sola dirección

9. La Guerra a Muerte originada en Chile en 1.818 y luego extendida a la Argentina, representa el episodio más dramático, y de mayores consecuencias en la diáspora araucana, debido a la situación de contacto: grandes ejércitos indios guerrearon entre sí y contra el enemigo externo defendiendo unos al rey español y otros a los gobiernos patrios. El éxito llevaba a la expansión con fines hegemónicos, el fracaso llevaba, a veces, a la migración con fines de encontrar protección en el alejamiento.Claro que a su vez,estos grupos migrados estaban en relación de dominio hegemónico con los habitantes del área de llegada si no los habían extinguido ya.

10. Rechazamos la idea de la etnohistoria sólo como recosntrucción de la historia indígena o de pueblos sin escritura. No aceptamos que las civilizaciones grafas tengan historia y las civilizaciones ágrafas y los pueblos no estatales tenga etnohistoria. La etnohistoria es la historia de los contactos y sus consecuencias en todas y cada una de las culturas participantes .Esto quiere decir que tenemos que conocer tanto las sociedades estatales como las acéfalas para conocer el contacto y sus consecuencias.

11. Fortes y Evans -Pritchad acuñaron el término "Segmentary Lineage System" (sistemas unilineales segmentarios) para designar tipos de sociedades con descendencia unilineal cuyos linajes están en continuo proceso de segmentación y oposición complementaria. Estos linajes, según el contexto situacional, se dividen, siguiendo un criterio de descendencia, en linajes de variable profundidad sin que se pierda la unidad corporativa de ninguna de las líneas incluyentes.

Middleton y Tait, (1.958: 7-8 y nota 1) conservan el concepto y el vocablo "segmentary" (segmentario) de los autores arriba mencionados y hacen la saludable aclaración que lo están empleando en forma distinta a la de Durkheim quien usa (en la traducción inglesa) "segmentary" para los sistemas formados por repetición de segmentos más chicos (que la sociedad) cada uno basado en lo que él llamó solidaridad mecánica. Middleton y Tait sugieren que se use el término segmental para ese tipo de sociedad formada por la repetición de segmentos autosuficiente y se conserve segmentary en el sentido clásico acuñado por Fortes y Evans -Pritchard.

Por eso Middleton no sólo distingue los tipos sino los procesos: las sociedades segmentarias tienen un proceso de segmentación, las sociedades segmentales tienen un proceso de fisión; en la fisión el primer grupo desaparece y quedan dos o más grupos iguales, en la segmentación el primer grupo sigue latente y reconocido y se puede actualizar o expresar en cualquier momento sin que desaparezcan los grupos de menos profundidad genealógica. 
Pero la historia de los conceptos y las palabras tienen otros inconvenientes: algunos autores cambian los conceptos a lo largo de su producción y algunos traductores no tienen la preparación profesional necesaria para encarar los textos. Tomemos a Marshall Sahlins, autor muy leído en nuestro país debido a las oportunas traducciones españolas. En su artículo "Hombre pobre, hombre rico, gran hombre, jefe" publicado (en inglés en 1.963) en castellano en 1.985 en la segunda edición del libro de Llobera, Sahlins distingue (1.985: 270) los esquemas tribales piramidales (estilo polinesio : los grupos locales son subdivisiones de un cuerpo político más amplio) de los esquemas tribales segmentales (grupos locales no integrados en un esquema mayor). Aquí el referente de segmental es muy preciso. Sin embargo en su libro "Tribesmen" publicado en inglés en 1.968 y en castellano en 1.984, segunda edición, si bien usa "Segmentary Lineaje Systems" como Fortes y Evasn-Pritchard, usa "Segmentary Societies" para todas aquellas sociedades entre "los cazadores y recolectores por un lado y las primeras sociedades agrarias estatales " (1.968: VIII y 1.984: 5). Es decir que el problema está en que las sociedades segmentales del artículo están incluídas dentro de las sociedades segmentarias del libro. En las ediciones castellanas se hace esa diferencia pero no sabemos si se lo hace en el original por no contar con el artículo original en inglés. A esta confusión podemos agregar un dramático ejemplo de los efectos de un mal traductor. La traducción castellana del libro de Service Orígenes del Estado y de la Civilización (1.984: 88), el traductor hace caso omiso del original (1.975: 70) que diferencia entre segmentary y segmental types (reservando como Middleton el término segmental para el tipo de sociedad mecánica de Durkheim). El traductor no sólo ignora la diferencia entre segmentary y segmental que hace el autor, sino que suprime toda una frase porque evidentemente no la entiende al ignorar esa diferencia que el autor está exponiendo. 

12. Alberto Rex González. 1.979

13. Entre los 120 casos con más funciones de liderazgo (entre 4 y 8 funciones) sólo 7 casos tienen special burials lo que incluye: distinciones por el tipo de tumba o por la cantidad de bienes puestos en las tumbas o inclusión de individuos adicionales (p. 57). Aunque en la muestra hay solo una sociedad en la que líderes bien diferenciados realizan pocas funciones, hay también casos de líderes que ejecutan muchas funciones y tienen pocas marcas diferenciadoras (p.60).

14. Entre los 120 casos con más funciones de liderazgo (entre 4 y 8 funciones) sólo 7 casos tienen special burials lo que incluye: distinciones por el tipo de tumba o por la cantidad de bienes puestos en las tumbas o inclusión de individuos adicionales (p. 57). Aunque en la muestra hay solo una sociedad en la que líderes bien diferenciados realizan pocas funciones, hay también casos de líderes que ejecutan muchas funciones y tienen pocas marcas diferenciadoras (p.60).

15. Holdenis Casanova .1.985

16. Ver en Pascual Coña ( 1.984: 128),la contradicción entre los hechos narrados por el autor ( que muestran los dos sistemas) y su introducción al tema diciendo "Antes, cuando había un pleito, los mismos caciques juzgaban y sentenciaban como jueces". (Enfasis nuestro). 

17. Mi disertación doctoral (Bechis 1.984) desarrolla la tesis de la inevitabilidad de la derrota india debida al conflicto entre las características de la sociedad india y la consolidación de la organización de estados-naciones. Se opone a las tesis economicistas, militaristas o heroicas y tecnologicistas que han intentado explicar el resultado final del conflicto.


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